Experiencias con el hosting

Brutal experiencia que vivimos relacionada con el hosting de varias webs de nuestros clientes, dónde sacamos una lección muy interesante

En un día cualquiera, rutinario incluso, empezamos a recibir llamadas de nuestros clientes. Sus webs están caídas, tardan mucho en cargar o simplemente devuelven errores de hosting.

Alrededor de 15 o 20 webs caídas, repartidas en 3 proveedores de hosting distintos, casi al unísono sufrieron este problema. Lo primero que nos vino a la mente fue que se trataba algo generalizado, ya que es muy extraño que varios proveedores sufran problemas similares en tan poco tiempo.

¿Cómo afrontar el problema de hosting?

En estos casos solemos recurrir a las redes sociales de los proveedores por si encontramos alguna información sobre las incidencias. Visitamos el twitter de uno de ellos y efectivamente; comunicaron que había un problema técnico con la red y que estaban trabajando en ello.

Alguna gente furiosa aprovechó la ocasión para criticarlos abiertamente, incitando a otros clientes a cambiar de proveedor atacando con frases muy duras.

La realidad se acaba imponiendo

La realidad se acaba imponiendo, y este proveedor soluciona su incidencia. Mientras, los otros dos proveedores tardaron varios días y, ni siquiera, comunicaron sus problemas pública ni privadamente.

Es más, uno de ellos cobra un extra por un soporte técnico “no estándar” (como este caso según ellos).

Al final resultó que el proveedor que era más transparente, al cual echaron a los leones, fue el más efectivo. Y pese a tener una incidencia, acabó resolviéndolo lo más rápido posible.

¿Qué es lo más importante en un hosting?

A veces nos creemos que la informática es infalible y que nunca puede haber errores humanos. Nosotros fallamos, nuestros proveedores también.

Lo más importante para nosotros es que, pese a que haya fallado, haya habido una incidencia técnica, un error de hardware o cualquier elemento por el estilo, el proveedor responda. Que sepamos que se está trabajando sobre la incidencia, que la respuesta sea rápida (aunque luego el tiempo de solución pueda ser mayor, dependiendo de la gravedad del problema) pero que podamos garantizar que hay alguien trabajando en ello.

Nuestros clientes entendieron perfectamente la situación y aguantaron estoicamente hasta que los chicos y chicas del hosting solucionaron el problema y las webs acabaron funcionando de nuevo con total normalidad.

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